El cielo ruge en esta mediterránea ciudad mientras funciona a temperatura europea, atrayendo a los cuerpos en un simple capricho de porque si; como si todo estuviera predestinado o el simple desencadenamiento de los hechos pudiera ser fijado con cierta antelación entre las personas. Debe ser, quizás, que cada ser tiene escrito en sus sienes con letras grande y mayúsculas “pertenezco a tal o cual persona”.
Me resulta raro pero bajo esta atmósfera todo parece teñirse de ese color de la propiedad privada o absoluta, como que todo tiene un fin indiscutido sin apelacion alguna. Todo queda sujeto a esto, por mas que yo sepa que culpar al destino es la opción mas cobarde que tiene una persona.
hola, vengo a insistir... este formato se ajusta a tu escritura más original chiquitino. Pero... no somos propiedad de nadie óigame!
ResponderEliminarUn besolioto
Pd: me gustan las imágenes :)